Hacer la transición a la nube dificulta la gestión y protección de las aplicaciones y, en un mundo basado en las aplicaciones, garantizar la disponibilidad y el rendimiento de las aplicaciones es fundamental para garantizar la experiencia digital. Los servicios de entrega y seguridad de aplicaciones (ADC) son la base para mantener estas aplicaciones y entornos seguros y disponibles, y para lograr una diferencia competitiva para su negocio.
Los motores de comercio electrónico, las aplicaciones móviles y la migración a la nube pueden minar el rendimiento de las aplicaciones. Sin embargo, lo que verdaderamente mata el rendimiento de las aplicaciones son los ciberataques y, por eso, una protección de aplicaciones completa ahora debe incluir firewalls de aplicaciones web (WAF), protección de API y gestión de bots para garantizar que las aplicaciones permanezcan seguras.